¿Cómo fue la
llegada de la imagen de Nuestro Padre Jesús a Sisante en las últimas horas del
13 de septiembre de 1711 o en las primeras del día 14?, ¿ qué calles recorrió
hasta su llegada al convento?. Son preguntas sin respuesta documentada. Hasta
el día de hoy no se ha encontrado ningún documento que nos ilumine ese momento
tan especial para la vida posterior de Sisante. Tampoco la tradición oral nos
ayuda en esta cuestión.
En el archivo
del convento no se ha encontrado hasta ahora, digo hasta ahora porque la esperanza nunca se pierde, algún
documento que nos aclare dos cuestiones fundamentales: la primera, las
condiciones en que fue adquirida la imagen y la escritura de la
compra; la segunda, como llega la imagen a Sisante y que celebraciones se
realizaron con tal motivo.
En el archivo
parroquial está la descripción que
hace sobre Sisante el párroco
Francisco Javier Montón en los años finales del siglo XVIII, unos ochenta años
después de la llegada de la imagen y en ella dedica una parte al convento y a
la imagen con datos recogidos de la tradición oral, datos que también están
recogidos en el librito de la novena editado ya en el siglo siguiente.
¿Dónde están los
documentos que sin duda se extendieron en el momento de la compra de la imagen
a los herederos de Luisa Roldán y también donde se encuentra la documentación
del encargo real a su escultora de cámara con las estipulaciones
correspondientes al precio de la misma, plazos de entrega, destino etc..?. No
tengo la menor duda de que esta documentación existió y tampoco dudo de que
algún día pueda ser encontrada.
Alguna de las
respuestas pueden estar en los archivos de la Compañía de Jesús, pues fueron
los jesuitas protagonistas importantes en el proceso fundacional del beaterio.
Son ellos los encargados por el obispo de Cuenca de instruir el expediente para
la autorización del beaterio, otro jesuita el padre Diego López viaja con
frecuencia desde San Clemente a Sisante para predicar durante esos años, el
padre Rejón acompaña a Hortelano en sus gestiones en Madrid para la adquisición
del Nazareno, el padre Gallo es el probable autor de la “ Noticias históricas
de la fundación…”, obra prologada en su segunda edición por otro jesuita, el
padre Duránd y un tercer jesuita, el padre José Rodríguez entrega en 1713
Nuestra Señora de las Injurias al convento.
Los jesuitas
estaban instalados en San Clemente, donde tenían colegio y sus relaciones con
Hortelano debieron ser muy intensas. En los años clave de este proceso el
Rector del Colegio era el padre Bartolomé Alcazar, personaje influyente en
Madrid, este jesuita fue en el año 1713 uno de los fundadores de la Real
Academia de la Lengua y primer titular de la silla F mayúscula.
Desgraciadamente, la expulsión de los jesuitas por Carlos III provocó la
pérdida de numerosa documentación que probablemente fue sacada de España y
depositada en Roma.
Fueron los
jesuitas y no otras personas los principales valedores de Cristóbal Hortelano y
por supuesto los que mas le ayudaron en sus trabajos fundacionales.(1)
Sin
documentación, sin crónicas de la época, sin testimonios que pudieran haberse
trasmitido de forma oral, solo nos queda la lógica y el sentido común para
imaginar como fue la llegada a Sisante de la imagen de Nuestro Padre Jesús en
las últimas horas del viernes 13 de septiembre y las primeras del sábado día 14
de 1711. Se sabe que era noche cerrada pues comenzaba el día 13 el ciclo lunar
y la negrura de la noche solo podía romperse con antorchas y luminarias que alumbraran
el camino de la expedición que traía la imagen al pueblo.
El camino desde
Madrid a Sisante en la época que tratamos podía hacerse por dos rutas,
prácticamente las mismas que hoy en día, saliendo por Vacia Madrid y siguiendo
camino por Tarancón en la vía a Valencia o saliendo con dirección a Ocaña
desde donde se tomaba la ruta de Murcia. En el primer caso se llegaba a Villares
del Saz y desde allí se bajaba a Sisante y San Clemente por Santa María del
Campo, Cañavate, Villar de Cantos y Vara de Rey y en el segundo, o llegando a
Minaya y desde esta a Sisante por Pozo Amargo o tomando el desvió del Provencio
a La Alberca y San Clemente para continuar por Vara de Rey. Salvo el caso de
Minaya ,todas las rutas pasaban por Vara de Rey.
En buena lógica
debemos pensar que la comitiva llegó a Sisante desde Vara de Rey, por el camino
murciano, camino que seguía la misma ruta que el camino romano que bordeaba
Sisante y por lo tanto entró en el pueblo por su entrada principal, donde se
alzaba el rollo y la picota, símbolos de su villazgo adquirido en 1634. También
entra en la lógica que se dirigieran al convento por la calle principal,
pasaran por delante de la iglesia y el ayuntamiento en la placeta y bajaran por
la cuesta al convento. En 1711 la puerta principal de la iglesia se encontraba
en la placeta y el ayuntamiento, con edificio con soportal anterior al actual
en el mismo lugar que hoy día. Es de suponer que el pueblo, avisado de la
llegada, llenara las calles para recibir a Nuestro Padre Jesús. (2)
Juan Francisco
Martínez-Herrera Escribano
1.- Páginas 58 a
63 de “La Fuerza del Silencio”, del autor.
2.- “La hora de
Sisante”, prologo a la 2ª edición de la “Fuerza del Silencio”